El Mastín Italiano, también conocido como Cane Corso, es una raza de perro de origen italiano, conocida por su gran tamaño, fuerza, lealtad y protección. Esta raza se desarrolló para proteger a sus dueños, bienes y granjas.
Detalles generales
Los perros de la raza son de gran tamaño. El peso medio de un Mastín Italiano adulto es de 40-50 kilogramos para los machos y de 35-45 kg para las hembras. Su altura varía entre los 64-68 centímetros para los machos y entre los 60-64 cm para las hembras. La esperanza de vida de la raza es de 10 a 11 años. Además, pertenecen al Grupo 2 de la Federación Cinológica Internacional (FCI), el cual reúne a los perros tipo Pinscher y Schnauzer, Molosoides y perros de montaña y Boyeros suizos.
Breve historia de la raza
El Mastín italiano, también conocido como Cane Corso, es una antigua raza de perros originaria de Italia. Esta raza proviene de los perros guardianes usados por los romanos para la guardia, el control y el establo de ganado. Estos perros también fueron entrenados para la caza de grandes presas y para la batalla.
Durante los siglos XVI y XVII, el Cane Corso fue muy importante para los italianos, principalmente como guardián. A lo largo de los años, el Cane Corso ha sido usado como perro de guardia, perro guardián, perro de tiro y perro de trabajo. Esta raza es muy leal y protectora, lo que la hace ideal para los propietarios de casas, negocios y ganaderías.
Características de la raza
El Cane Corso es un perro con una estructura muscular muy bien desarrollada. Su cuerpo es rectangular, con cabeza ligeramente alargada y orejas cortas y redondeadas. Su hocico es corto, la nariz ancha y la cola normalmente es corta.
El pelaje es, generalmente, corto y grueso y puede ser de diferentes colores, como negro, gris, blanco, atigrado o marrón. El color de los ojos varía, suelen ser oscuros o marrones y, a veces, también pueden ser verdes.
El Mastín Italiano posee un temperamento equilibrado y valiente, siendo un guardián leal y protector de la propiedad, la familia y el ganado. Su agilidad y receptividad se combinan con una naturaleza intrínsecamente protectora, convirtiéndolo en un perro confiable y seguro. Con una crianza adecuada, socialización y entrenamiento, el Mastín Italiano muestra su amabilidad y adaptabilidad, dejando en claro por qué es una raza tan apreciada.
Enfermedades comunes
Algunas de las enfermedades más comunes que pueden padecer los miembros de esta raza son: displasia de cadera y codo, enfermedad de Addison, enfermedad de Cushing, hipotiroidismo y enfermedad renal.
Además de las afecciones mencionadas, el Centro de Información Sanitaria Canina (CHIC) de OFA (Fundación Ortopédica para los Animales) recomienda realizar un examen de evaluación cardíaca y ocular, así como una serie de pruebas que permitan valorar las siguientes enfermedades: luxación rotuliana, lipofuscinosis ceroide neuronal, anomalía dental y tiroiditis autoinmune.
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