Perro Callejero Árabe es uno de los perros más antiguos originarios de Israel. Durante siglos han realizado diversas tareas, desde recolectores de basura hasta animales de compañía o perros guardián. Los perros Perro Callejero Árabe constituyen alrededor del 75% de la población canina mundial y han sido el antecesor de muchas razas de perro modernas.
Detalles generales
El peso en machos oscila entre 13 y 23 kilogramos, mientras que en hembras se encuentra entre 10 y 20 kilogramos. Respecto a la altura, los machos miden entre 40,5 y 58 centímetros, y las hembras entre 35,5 y 53 cm. La esperanza de vida de la raza no se conoce con exactitud, y además no están reconocidos por la Federación Cinológica Internacional (FCI).
Breve historia de la raza
Los Perro Callejero Árabe cuentan con una larga historia que se remonta a más de 12.000 años en Israel. Estos perros eran muy apreciados por sus dueños, hasta el punto de ser enterrados junto a ellos. Los perros se adaptaron a diversas funciones como limpiadores de basura, guardianes o compañeros de familias, aún manteniendo su libertad. Originariamente los Perro Callejero Árabe procedentes de Israel se extendieron por África y Europa donde fueron criados y desarrollados dando lugar a una gran parte de las razas caninas modernas. Los perros que se quedaron en Oriente Medio adquirieron el aspecto del actual Saluki.
Perro Callejero Árabe son conocidos como los perros “de exterior”, ya que son perros que suelen vivir en libertad alrededor de asentamientos humanos. No son perros criados por criadores aunque deberían ser más valorados por su bagaje histórico y genético.
Características de la raza
No es posible establecer un estándar de raza con las características distintivas de la misma, ya que son anteriores a la razas modernas y cuentan con una amplia variedad de formas y longitud de pelaje, tamaño o colores.
Enfermedades comunes
La información disponible sobre los problemas de salud del Perro Callejero Árabe es limitada. No obstante, como todos los perros, pueden presentar cierta disposición a padecer determinados trastornos genéticos, por lo que sus dueños deben proporcionar una atención veterinaria regular.
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